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Resumen
La observación constante y metódica de la naturaleza permitió, a las antiguas culturas de América, adquirir la sabiduría necesaria para comprender que somos parte de un tejido de la vida, entrelazados entre tramas y urdimbres, en ciclos de expansión y contracción, fundamentados en el principio de la complementariedad para asumir lo que le es propio a cada ser en el mundo como algo incompleto que necesita unirse para conformar un conjunto; este conocimiento profundo se expresa en la sacralidad y la poesía de los hechos de la vida cotidiana y en la consideración de las personas no como individuos, sino como partes de una comunidad. La aparente simplicidad de un tejido, logra explicar la compleja relación de la sociedad con la naturaleza y permite comprender la historia en su relación espacio-temporal, para lo cual se considera el pasado como un futuro, en el sentido de algo que va adelante y muestra el camino; el tejido de hilos complementarios, parte de una estructura básica similar para cada espacio y para cada tiempo, entrecruzada por la diversidad de hilos que dialogan entre sí y reproducen el acontecer del mundo; de esta manera se puede observar como la comunidad humana se ha transformado o si se ha convertido en una espiral cíclica de repeticiones continuas. El conocimiento en las antiguas culturas de América, está basado en tres principios que se complementan recíprocamente: emoción, intuición y razón, tal como se estructura el cuerpo humano en tres grandes centros: el ombligo, el corazón y la cabeza y como se estructura el mundo en su sentido vertical. “...emoción sin intuición es impulso sin encuentro; intuición sin razón es conocimiento sin ancla; pero razón sin emoción es conocimiento frío y generalmente vano”1. La herencia de la Ilustración, basada en la razón, ha llevado a la sociedad a no tener segura su supervivencia y a tener el conocimiento en contra de nosotros mismos, para lo cual se requiere de la intuición y de la emoción y devolverle al arte su papel protagónico en la sociedad. por la diversidad de hilos que dialogan entre sí y reproducen el acontecer del mundo; de esta manera se puede observar como la comunidad humana se ha transformado o si se ha convertido en una espiral cíclica de repeticiones continuas. El conocimiento en las antiguas culturas de América, está basado en tres principios que se complementan recíprocamente: emoción, intuición y razón, tal como se estructura el cuerpo humano en tres grandes centros: el ombligo, el corazón y la cabeza y como se estructura el mundo en su sentido vertical. “...emoción sin intuición es impulso sin encuentro; intuición sin razón es conocimiento sin ancla; pero razón sin emoción es conocimiento frío y generalmente vano”1. La herencia de la Ilustración, basada en la razón, ha llevado a la sociedad a no tener segura su supervivencia y a tener el conocimiento en contra de nosotros mismos, para lo cual se requiere de la intuición y de la emoción y devolverle al arte su papel protagónico en la sociedad.
Palabras clave
Citas
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