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Resumen
Caldas como territorio ha presentado una serie de transformaciones, propias de una región en construcción. Marcada históricamente por la huella que dejaron los colonizadores antioqueños en el siglo XIX, se insertó a la economía mundial gracias al cultivo del café. En su historia de construcción de identidad, las luchas sociales se desataron por el acceso a la tierra, más aún cuando los empresarios de la colonización utilizaron los colonos para valorizar sus tierras, para luego intentar vendérselas a precios de usura. En el siglo XX, exceptuando la denominada época de la violencia, los caficultores de Caldas no registran acciones sociales que demuestren confrontación hacia el Estado, el statu quo, o la Federación Nacional de Cafeteros, institución que por su poder político y económico, reemplazaba en gran medida al Estado; sólo hasta la década del ochenta vuelve a surgir el interés organizarse, esta vez para enfrentar la grave crisis económica a que los ha conducido la caída vertiginosa de los precios del grano, con hondas repercusiones sociales.