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Abstract
Para todos Berlín es el problema de la división. Desde cierto punto de vista es un problema estrictamente político para el cual, no debemos olvidar, existen soluciones también estrictamente políticas. Desde otro
punto de vista, es un problema social y económico (y, por lo tanto, político, aunque en un sentido más amplio): en Berlín, dos sistemas, dos estructuras socioeconómicas, se enfrentan la una a la otra. Aun
desde otro punto de vista, es un problema metafísico: Berlín no es sólo Berlín, sino también el símbolo de la división del mundo, e incluso más: un “punto universal”, el lugar donde la reflexión sobre la unidad,
simultáneamente necesaria e imposible, se impone a todos y a cada unode los que allí residen, quienes, a su vez, no solo tienen experiencia de un domicilio sino también de la ausencia del mismo.