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Resumen
Nietzsche pregunta "por las ventajas de la hipótesis moral cristiana". Esa hipótesis protege contra el peor nihilismo, el de la venganza y salva al hombre de perecer, de autoaniquilarse; por eso dice Nietzsche que sirve a la conservación. Pero la moral es una hipótesis extrema contra el nihilismo, más allá del cual está la creencia. El signo último de la moral es la creencia en su nulidad. Lo último es lo que más dura y tiene su nombre: el último hombre y tiene su hombre: se llama rebaño.
La "hipótesis moral cristiana" hace vivir en la espera de lo que nunca se da; pero nuestra lógica quiere dar un paso más, acaso el último. Tenemos la existencia hecha de tiempo vacío. Imaginemos su retorno eterno. No hay nihilismo mayor, el eterno retorno es la voz del nihilismo consumado. En su acepción nihilista el eterno retorno es una creencia. Pertenece a la hipótesis, extrema su hipótesis. Es el hombre del final de un mundo el que se ve obligado a pensar así. Cree en el absurdo y, más aún, en su eterno retorno. La alianza entre nihilismo y eterno retorno es clave.