Autores/as
Resumen
Podríamos ubicar a la promoción de la salud entre las prácticas sociales sustantivas de la existencia y vida humana. Desde que fuimos clan, las prácticas de construcción de las palabras, de creación de proyectos, las de los centinelas oteando el entorno, las religiosas protectoras o de celebración, las de producción y transmisión de saberes y prácticas que permitieron la vida cotidiana, las de selección de alimentos y hierbas curativas, las de fijación de las historias en paredes, la construcción de herramientas y utensilios, de acompañamiento del parto, nombrar a los nuevos miembros del grupo, imaginar maneras de enterrar a los muertos o cultivar el fuego, entre otras muchas prácticas, fueron maneras en que los humanos cuidamos de nosotros(as) mismos(as) y de cada miembro del clan, reuniendo nuestros poderes y permitiendo así la vida colectiva. A esas prácticas nos debemos.