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Resumen
La pandemia mundial de COVID-19 ha sumido al mundo en una crisis sin precedentes. En muchos países la enfermedad ha llevado al límite la capacidad de los proveedores de servicios de salud y las restricciones impuestas por los Gobiernos han perturbado considerablemente la economía mundial.
La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) ha alertado la complejidad del consumo de SPA en contexto de epidemia. Este escenario ha supuesto un importante impacto en la vida diaria de las personas y un reto para los servicios que prestan atención a las personas con adicción. Esta situación ha podido condicionar cambios en las pautas de consumo de sustancias psicoactivas y otras adicciones. Es probable que se aumenten los riesgos vinculados al tráfico de drogas y al abuso de las mismas, teniendo en cuenta que, como afirmó Waly Gahada, directora ejecutiva de la UNODC, “nuestros sistemas sociales y sanitarios están al borde del abismo y nuestras sociedades penan para hacer frente” (2020).